martes, 6 de octubre de 2015

LA CONVICCIÓN POR LA EXISTENCIA DE UN MUNDO INTERIOR

Que los libros son una fuente de inspiración y expresión de aquello que está presente en la vida de las personas, no es un gran descubrimiento. La novedad se instala al momento de una nueva visión pero de forma individual. Es decir, para cada mundo personal existirá una nueva forma de interpretar o de visualizar algo que se pretendía hablar, pero que en palabras ajenas y en la hoja de un libro parecen perfectas y sacadas de la misma mente y alma de aquel individuo que se descubre comprendido  frente a una narración que tiene en sus manos.
Es como lo que sucedió a una persona colaboradora de esta página, quien señala que al leer el libro El año del Diluvio de la escritora canadiense Margaret Atwood, percibió que  existía allí, en las líneas de dicha obra, algo que la identificaba con sus personajes, y era la perseverancia de vivir lo que su  mundo interior le hablaba.

Por mundo interior entenderemos al conjunto de características que van con nosotros a todos lados y por supuesto mucho más, ya que estamos hablando de algo más poético para que se entienda, es simplemente el sello personal, la esencia, las angustias y las alegrías, y siempre más.
En “El año del Diluvio”, los personajes principales quieren un mundo mejor, cuidando el medio ambiente en el que viven, demostrando respeto a la Tierra y a las personas.
Si bien es un cuento de ficción, conmueve por la humanidad y cercanía de los hechos tratados. El grupo de personas se llaman “Los Jardineros de Dios” y se las ingenian organizando un estilo de vida que permita la simplicidad y el cuidado de aquello que aún existe en la Tierra.
Llama la atención la convicción de los personajes y  el creer  en aquello que aprendieron y hacerlo suyo desde su esencia fortaleciendo sus acciones a partir de tales creencias.
Para el caso, el mundo interior de los “Jardineros de Dios” del libro de Margaret Atwood es rico y fuerte. Hay convicción, resistencia y perseverancia, atributos imprescindibles en cualquier etapa de la Vida.

Cuidar nuestro propio mundo interior tiene beneficios y es una verdadera virtud de vida que puede traer innúmeros beneficios como atraer la prosperidad, la armonía y la paz interior, elementos fundamentales a la hora de concebir un proyecto de Vida.
Podemos cuidar nuestro Mundo Interior a través de prácticas tan sencillas como:
  • -        Colocar atención a la respiración en un pequeño y breve momento del día agradeciendo al Universo nuestra existencia y la posibilidad de soñar y avanzar;
  • -        Observar cuales son las emociones que nos acompañan y simplemente vivirlas, es decir, de las lágrimas a la sonrisa, el cuerpo y el mundo interior desean expresarse;
  • -        Agradecer y agradecer todo aquello que nos sobra, como el agua, el alimento, la salud y las ideas;
  • -        Entregarle un espacio a la visualización de los sueños.

En determinadas ocasiones, procesos como la angustia y el estrés no permiten que una persona acceda al entendimiento de su esencia. Y es precisamente en momentos de gran estrés cuando más se necesitan los recursos personales como la calma o el discernimiento.

El Remedio Floral “Rescue Remedy”, está compuesto por las Esencias Florales: Estrella de Belén, Clematis, Impatiens, Rock Rose y Cherry Plum, todas del Sistema de las Flores de Bach.  El Objetivo de la combinación de estas esencias es el alivio en situaciones de emergencia, por lo cual también es conocido como “Rescate”.